Diario de proyecto personal:
Día 1:
Me encuentro en el periodo de exámenes de la facultad, lo que viene a ser para la mayoría de estudiantes (y profesores) de bellas artes un periodo de relax después de dos intensas semanas de entregas.
Acabo de llegar de canarias, del bautizo de mi sobrino, el tiempo allí ha sido horrible, con intensas lluvias, con todas no quería volver aquí, a Granada, además de llover, hace frío. Y si no fuera suficiente con el mal tiempo, me enfrento a una ruptura con mi pareja (ha sido una especie de suicidio por mi parte) , a un desalojo y a un bajón generalizado en la gente que formamos parte de Espacio Auxiliar. El desalojo es de la fábrica donde hasta ahora hemos estado desarrollando el proyecto de Espacio Auxiliar, por eso el bajón. A parte esa fábrica era el lugar donde pensaba realizar mi proyecto personal por lo que debo darme prisa y realizarlo antes de un mes.
Quiero reflexionar sobre mi identidad, y sé que esta está estrechamente ligada a la tierra donde nací, Canarias. Quiero contraponer mi recuerdo, con la identidad que el poder público vende a los canarios, y al posible turista o inversor (folletos, mapas, postales…).
La identidad es una construcción mental, pero para mí es básica a la hora de enfrentarme a otros lugares y gentes, es con ella con la que comparo y así los conozco, y en ese proceso de comparación y conocimiento se produce una transferencia que enriquece mi identidad y la fortalece, ayudándome a separarla de la ambigua identidad que genera la historia y cultura de un lugar.
Es un proceso de autoconocimiento y sin duda lo es de autocomplacencia, lo hago por el placer de hacerlo, sin miedo al dolor que puede producir un ejercicio de sinceridad.
Me he traído todos los bártulos a la fábrica, tengo intención de quedarme a dormir aquí. El lugar es frío, además llueve mucho, es la cuarta noche que no duermo con mi ex pareja, y la segunda que me acuesto borracho, hoy hubo fiesta-asado en la fábrica a ver si así empezábamos a espantar fantasmas. De repente me siento muy solo, la noche pinta que va a ser mala, el día fue demasiado bueno. Empieza a desaparecer la anestesia etílica.
Día 2.
Me despierto alrededor de las 8:00. Me encuentro a Cristian en la cocina desayunando, me pregunta que tal estoy y creo responderle que cansado y medio jodido. Me meto al baño y cuando salgo ya no está. Me doy una vuelta por la fábrica buscando el lugar mas apropiado para ponerme a trabajar, lo encuentro, pero tengo que volver a mi casa a por cosas que me olvidé.
Cristian vive con Sergio en la fábrica. Sergio está durmiendo. Espero un rato a ver si se despierta ya que para salir necesito que alguien cierre la puerta. Pero no se despierta, así que toco a su puerta, parece que está despierto. Le digo que me voy a buscar unas cosas y me dice que espere, que él me acerca a Granada. Voy a Granada, cojo lo que me hace falta y desayuno en casa. Sergio me recoge en la facultad y me dice que quiere ir a ver lugares para irse a vivir y para El Espacio Auxiliar. Le acompaño, vemos un par de sitios interesantes. Volvemos a la fábrica. Sergio me recomienda que escoja otro lugar mejor para trabajar, más cerca de la corriente eléctrica. Lo encuentro.
Tengo intención de grabar todo el proceso, así que coloco una cámara en lo alto del techo. Cuando termino Sergio me dice que ya está la comida preparada, son las 4:00 de la tarde. Al terminar de comer Sergio dice que se va a la facultad, me quedo solo en la fábrica. Tomo medidas y marco con cuerdas los límites del mural.
Se hace de noche y me encuentro terriblemente cansado y hastiado, no tengo ganas de seguir adelante, el estar tan solo en ese lugar me está destrozando. Me subo a la vivienda, esta está separada de la nave, es allí donde viven Sergio y Cristian, y donde me quedo a dormir yo. Cristian llega un rato más tarde, hablo un rato con él, le pido una copia de las llaves, cenamos y nos vamos a dormir, Sergio no viene a dormir.
Día 3:
Me despierto a las 6:00 de la mañana, la noche ha sido muy mala, intento dormir mas pero no puedo, la cabeza no para de trabajar, y no precisamente en el proyecto. Me pongo una película en el ordenador “ en tierra hostil” ,es de guerra, me gusta, me sorprende, es precisa, limpia y sin pretensiones.
Me levanto y allí está Cristian, preparando el desayuno, me alegro mucho de verlo. Se va, tiene clases de escenografía, está ilusionado y contento, me alegro por él.
Bajo a la nave y comienzo a trabajar, boceto con tiza en el suelo lo que quiero pintar con grandes trazos, lo grabo todo. Después busco las maderas para poner de base, encuentro algo que parece apropiado, son ligeras, y tienen formas muy distintas, así es más divertido y me permite trabajar de forma más intuitiva. Busco otras maderas más pequeñas para ir componiendo la imagen. Termino, me siento exhausto y es solo la una de la tarde. Me he pasado la mañana mirando por la ventana esperando que llegase alguien. No puedo con esa soledad, y el frio y la lluvia no ayudan nada. Lo pienso, voy a pintar una de los paisajes que más calma y felicidad me transmiten, y resulta que estoy hundido en la mierda, no se como lo voy hacer. Me vuelvo a Granada, a mi casa, no volveré a dormir a la fábrica.
Día 4:
A las 10:00 de la mañana estoy en la fábrica, dispuesto a ponerme a trabajar, antes he comprado en la ferretería clavos grapas y cola blanca, me hubiera gustado llegar antes pero la ferretería no habría hasta la 9:30.
Me encuentro más animado, el pasar la noche en casa y estar con gente toda la tarde me ha sentado bien. Pero el lugar sigue resultándome muy poco motivador, hace mucho frío. Me pongo a clavar y pegar tablas, resulta más complicado y pesado de lo que me imaginaba, al final tengo que reestructurar algunas cosas.
A eso de las tres he terminado de fijar todas las piezas, estoy agotado y decido irme a casa.
Llego hambriento y me encuentro con Nicolás y con Emi, mi ex compañera, acaban de terminar de comer y como no sabían que venía a comer no me guardaron nada. Voy a la cocina y me apaño un arroz que queda bastante bien. A la tarde comienzo a trabajar con el material grabado, la imagen tiene una mala calidad pero se ve bastante bien la acción, es bastante tétrico, pero al acelerar la imagen todo cobra un aire de comicidad. Al final dejo 5 horas de trabajo en 2 minutos. Ceno, veo una película y me acuesto.
Día 5:
Vuelvo a estar a las 10:00 en la fábrica, para variar no hay nadie, hoy me toca imprimar la madera, busco entre las pinturas que tienen en la fábrica y encuentro un gran bote de pintura celeste, en principio buscaba blanca, pero ese celeste me recordaba bastante al cielo de canarias y como no encontré blanca empecé con ese color. Termino bastante rápido de pintarlo todo, me queda bastante bien, estoy contento. A eso de la 13:00 me voy a casa, decido cortar el mural al día siguiente, antes de empezar a pintar ya que me temo que tendré problemas al cortarlo, posiblemente se desarme. Además necesito ayuda para levantarlo del suelo.
Como con Nicolás un delicioso pollo con papas, y al terminar me voy a la facultad para hacer algunos trabajos pendientes. Al entrar en la biblioteca veo que hay sentada una chica que conocí en el asado del domingo. Ella levanta la cabeza de su libro y me ve, yo la saludo, pero ella hace como que no me conoce, paso de ella, una pena porque no estaba nada mal, pero bueno, que le den. Me siento en la mesa enfrente de ella y comienzo a trabajar. Pienso en lo que tengo que hacer, no me apetece nada ponerme, miro mi correo para hacer ganas. Termino con eso, pero siguen sin entrarme ganas. Pienso entonces en lo que estoy haciendo en la fábrica, debería empezar a subir material al blog, se me ocurre entonces escribir este diario. Me parece lo más apropiado. Me pongo manos a la obra con entusiasmo. Aparece Pablo por allí, se me acerca y me pregunta que hago, el está en el aula abierta de dibujo. Le cuento en que ando y le enseño fotos. Le gusta bastante, me pregunta que si conozco a Lucio Muñoz, no lo conozco, creo, me trae un libro y me enseña algunas de sus obras con maderas, me gusta lo que veo y me arrepiento de haberlo pintado de celeste, pero ya está hecho. Termino con el diario, y aparece de nuevo Pablo con Nicolás preguntándome que si quiero tomar unas tapas, les digo que sí, y me tomo unas sustanciosas tapas con ellos en un bar de calle Elvira. Vuelvo a casa y recuerdo que al día siguiente habíamos quedado en el espacio auxiliar para comenzar a montar un dossier fotográfico sobre el espacio, quedamos en que cada uno debería llevar una selección de imágenes. Me pongo con ello y como me encuentro inspirado le pongo un título a cada una. Hemos quedado a las 12:00 así que tendré que llegar temprano para poder hacer algo, ya que por la tarde tenemos asamblea.
Día 6:
Llego a las 12 al Espacio Auxiliar, así que este día no voy hacer nada de mi proyecto personal. El día resulta movido y muy intenso, se hablan muchas cosas en la asamblea, el proyecto está en marcha de nuevo, me encuentro con mucha energía y con ganas de hacer cosas, me apunto a casi todo lo que proponen.
Día 7:
Llego temprano al Espacio Auxiliar, Emi me acompaña, ella me ha traído en coche, se la ve mucho mejor, es la que peor ha llevado la ruptura, normal. Nos encontramos a Cristian y a Sergio, este está fabricándose un disfraz de jeringuilla para los carnavales de Cádiz. Cristian y Emi me ayudan a montar el mural sobre unos bancos, ha estado a punto de romperse, de hecho algunas piezas se sueltan. Pero tiene arreglo. Me pongo a cortar, es más difícil de lo que pensaba, al principio, le cojo el ritmo y la cosa comienza a ir más rápida, a veces tengo que reforzar algunas partes.
Cristian, que había llegado hace un rato nos dice que la comida ya está lista, subimos y comemos. Me pregunta que si me importaría acompañarlo para hablar con una mujer de Peligros, el pueblo donde está El espacio Auxiliar. Esta mujer pertenece a la asociación de mujeres del pueblo y nos puede echar una mano con el proyecto.
Por la noche he quedado para hacer un poco de contra publicidad bancaria. Después continuamos de marcha, me dejo llevar y al final soy yo quién los lleva, llego a las 7:00 de la mañana. No voy a ir al espacio a trabajar.
Resaca.
Día 9:
Voy al Espacio Auxiliar con Emi, termino de cortar el mural, la última parte es la más complicada, tengo continuamente que reforzar partes. Todavía me queda algo de resaca.
Coloco todas las tablas encima de sus soportes, limpio y lo ordeno todo, mañana empezaré a pintar. Como con Emi y me voy, ella se queda trabajando, no tiene resaca y esta en un lugar mas calentito.
Por la tarde duermo, y después escribo el diario.
Día 10:
Llego a las 10:00 al Espacio Auxiliar. Coloco todas las pinturas me doy un par de vueltas corriendo a la nave para entrar en calor y mientras pienso en lo complicado que va a ser pensar en una cálida playa canaria. No tengo ninguna gana de pintar, pero pienso en lo desmotivado que he ido siempre a las clases de pintura de la facultad, y me digo que esto no es peor, además siempre termino disfrutando a pesar de lo pésimo que resulta todo en ese lugar.
Comienzo a pintar en el mar, revivo en mi cabeza el color azul profundo de mar abierto, luego el mar de fondo arenoso, visualizo su fondo, lleno de vida, hay mucho verde, la barra de color parduzco, negro. Me paro a mirar lo que estoy haciendo y me parece una mierda, pero continuo, ahora no puedo parar. Termino con el mar, no me convence mucho, pero pienso que todavía me queda mucho por trabajar. He usado azul, verde y amarillo, mezclando tanto en la paleta como sobre el propio lienzo, algunas cosas me han resultado interesantes, pero el conjunto no. Comienzo con la parte de tierra, uso una especie de rojo muy frio, lo mezclo con un amarillo anaranjado, el color no me gusta mucho pero decido ponerlo como primera mancha, ese color me recuerda a algo, creo que al color de la tierra cuando la escarbas. No me convence nada, empiezo a pensar que no estoy preparado para algo así. Decido irme y pensar en lo que estoy haciendo, creo que alguien me dijo alguna vez que es mejor que no me guste hasta el final, es más fácil trabajar sabiendo que hay que arreglarlo que con miedo a estropearlo. Empiezo a dudar de la validez de este trabajo, empieza a perder sentido para mí.
Ayer no vine a trabajar al Espacio y hoy he llegado a las 12:00 de la tarde. Estoy animado, tengo ganas de pintar, hoy me voy a concentrar en el cielo, aunque decido empezar por la parte que corresponde a la tierra. Me creo en la paleta una gama de colores tierra, intento reproducir en mi cabeza los colores que corresponden al paisaje real, pero soy incapaz de recordarlo bien, así que me centro en los colores de pequeños detalles, rocas, arena, plantas tierra… al final consigo unas tonalidades que me convencen. Con una tierra amarillenta y clara marco las zonas de luz, tengo que tener en cuenta que es una panorámica del paisaje, para hacer esto con cierta corrección tengo que pensar en tres dimensiones. Va cogiendo cuerpo pero no me convence, los colores se me mezclan entre sí y el resultado no tiene mucha coherencia. Busco en mis recuerdos zonas concretas de ese paisaje, pero no consigo verlo con claridad. Lo dejo. Me vuelco en el cielo.
Cuando llegue a Granada aluciné con lo azul que era el cielo, hasta ese momento no había un cielo que me impresionara más que el de Canarias. El de Granada es mucho más profundo y denso y vibra con tonalidades violáceas.
No me hacía mucha gracia que Granada tuviera mejor cielo que el de Canarias, así que cuando estuve en Canarias le presté más atención llegando a la conclusión de que también es un cielo muy azul lo que lo diferencia es la brillantez y el tono, mucho más frío y ligero, en Canarias hay mucha más luz. Me gusta más el de Canarias. Para sacarlo me limité a mezclar azul y blanco.
Una de las dificultades con las que me he encontrado a la hora de dibujar este cielo ha sido como situar correctamente las zonas más claras del cielo y las zonas más saturadas. Para ello tuve en cuenta que el cielo esta mas saturado en la parte que se sitúa a 90º del sol y según se acerca a este va aumentando la claridad y disminuyendo la saturación. Lo complicado era situar el sol. Para ello lo mejor era pensar en una hora concreta y en un mes concreto, y elegí una de las que más me gusta, las 17:00 de un día del mes de Julio. Te quedan unas 4 horas de playa, el sol ya no es tan fuerte como al mediodía y en un par de horas este empezará a caer por el horizonte, dando uno de esos momentos mágicos de relax que te hacen olvidar las preocupaciones del día. Echarse unas palas con un amigo, coger olas, un partidito de futbol,una nadadita a la barra, leer, tumbarse, conversar o simplemente sentarse y verlas pasar son cosas que en esos momentos y en ese lugar cobran una dimensión que no tienen en ningún otro sitio. Y aquí llueve que te llueve, y el cielo gris plomo durante todo un mes, me quiero ir a Canarias, no se qué hago aquí.
Hoy he llegado sobre las 10:30 al Espacio Auxiliar. Alas 12:00 hemos quedado para seguir desarrollando el dossier fotográfico sobre el Espacio Auxiliar. Así que me tengo que dar prisa.
Continuo con el cielo, según me acerco al centro de la imagen voy añadiendo amarillo pálido, creo recordar que ese es el color que tiene el cielo cuando esta mas cerca del sol.
Disfruto mucho con esto de pintar el cielo, es muy fácil, pero el resultado empieza a antojárseme bastante aburrido, estoy sobando demasiado. Pero realmente el degradado que se consigue es bastante propio. No lo tengo muy claro así que paro con esto hasta tenerlo mas claro. Continuo con la parte de la tierra, lo igualo todo un poco con unas tierras, pero sigue sin convencerme. Lo dejo para otro momento. Me centro en arreglar el mar, sobre todo en la línea de horizonte. La oscurezco con gran cantidad de pintura, yo lo recuerdo así como una franja oscura. Me molesta bastante la línea que se crea, que parte al cuadro en dos, la suavidad del cielo choca fuertemente con la toda la carga de textura del mar. El resultado es bonito, pero eso no es suficiente.
Todo esto ocurre el Viernes, hoy estamos a Lunes, han pasado muchas cosas entre medio, buenas y malas, entre visitas de amigos, fiestas, conflictos y densas asambleas el fin de semana ha sido muy largo. Estoy algo cansado, pero se me ha ocurrido una idea para darle la vida que se merece al cielo, escribir sobre el, sobre su superficie. El que voy a escribir irá surgiendo sobre la marcha. Nunca se de antemano que es lo que voy a pensar cuando me siento en la playa y observo el cielo, sencillamente los pensamientos aparecen. Eso mismo haré en esta ocasión.
día 13:
ha pasado más de un mes desde la última vez que le metí mano al mural, han pasado muchas cosas en ese tiempo, entre ellas que por fin hace buen tiempo, y eso lo parezca o no cambia muy mucho mi percepción del mundo. No tengo ganas de seguir pintando este mural, ni de escribir sobre su superficie, ni de profundizar sobre la identidad. De repente se me ha vuelto un ejercicio inútil. En cambio la idea de empezar a escribir un cuento sobre este objeto y que este cuento sea terminado por otras personas se ha vuelto muy atractiva e interesante, y en cierta manera es una buena manera de acabar con todo el sufrimiento que me ha causado su construcción, la de este objeto inútil, o artístico, que cada uno lo llame como quiera.
Ahora mismo el mural se encuentra en el Espacio Auxiliar, y en su centro una silla con la parte del cuento que yo he escrito, y un montón de hojas sobre las que continuar el cuento…
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